Máncora, pueblo de playa sin control
- Sofía M.
- 11 feb 2018
- 9 Min. de lectura
Qué es recomendable hacer y qué no, con qué te vas a encontrar cuando llegues y durante tu estadía.
A unas dos horas de Lobitos encontramos Máncora.

En el camino seguimos viendo máquinas extractoras de petróleo, basura- solo que esta vez en menos medida- y las mismas montañas desérticas. Máncora es encantadora. Tiene un centro muy pequeño donde encontrás de todo en una sola calle de 2 cuadras y lo que se llama "el malecón" que es la calle donde están los puestos tipo feria y algunos locales y food trucks. Nosotros llegamos un día sabado y el lugar explotaba de gente. Por la noche, anduvimos por este pequeño centro y vimos decenas de turistas andando por la única calle. Al mismo tiempo andaban los autos, motos, mototaxis y cuatriciclos. En las veredas, muchísimos puestitos improvisados sacaban sus parrillas para vender todo tipo de comida al paso: brochettes de carne o pollo o vaya uno a saber que, hamburguesas, papas a la parrila, etc. El resultado: una larga calle cubierta de humo de parrilla (no pases por ahi con hambre). Los restaurantes ofrecen la más variada cocina regional. Ceviche, chicharrones (trozos de pescado o pollo empanados y fritos), tequeños (mini empanaditas de queso fritas) y demases no tan regionales como tacos, pizzas o milanesa. Comer afuera es sorpresivamente barato. Si bien se encuentran todo tipo de opciones, se puede comer por hasta 10 soles, entrada, plato principal y bebida. Para la opción del postre hay un montón de heladerias y "cremoladas" (raspados de fruta) y unos 168 puestos de churros "rellenos"... FALACIA- pero salen 1 sol cada uno asi que está bien para el bajón o el postre :). En el "malecón" hay de todo: puestos de comida, de ropa, de artesanias, kioskos, agencias de cambio y de viaje y hasta espectáculos callejeros durante el fin de semana.
Importante: no hay supermercados asi que todo lo que compres en los mercaditos va a ser caro. Hay un mercado regional que esta abierto hasta las 5 donde encontras frutas, verduras y etcétera. La playa. La playa de Máncora es linda, bastante extensa pero tiene muchas piedras en la zona céntrica. Hay olas para el deleite de los surfistas que quieran tener cuidado con las piedras de la orilla a la salida. Los que no quieren tener cuidado y salen como panchos por sus casas, no se deleitan at all. Como decía, la playa es extensa pero la marea sube mucho y le gusta robar las cosas de la gente distraída. El agua es más calentita que en Lobitos y si bien no es cristalina, es bastante transparente. En la parte de la playa que corresponde al centro, las cosas se ponen un poco confusas. Hay 6 o 7 bares uno al lado del otro, cada uno con su centenar de mesas, sombrillas y sillas de modo que no tengas lugar casi para pasar y trabajan 24/7. No cierran o si lo hacen es por pocas horas. Cuentan con los equipos de sonido más zarpados de la zona y a la noche despliegan todo su potencial AL MISMO TIEMPO. Cada uno pone su música al máximo volumen y están uno al lado del otro, asi que si te sentás en cualquiera de esas mesas lo único que vas a escuchar es ruido, mucho ruido, y muuuuy alto. Lo más gracioso es que todos pasan la misma música, solo que en diferentes momentos. Se escucha mucha salsa por esta zona, pero aún no he visto a nadie bailando. Por las noches la playa generalmente queda muuuuy sucia. Hay carteles por todos lados donde se ruega a los visitantes y locales para cuidar la limpieza de la playa, pero no encontrás un maldito cesto en 10 km a la redonda. Hay un container -1- en la bajada del centro y siempre está hasta las tetas de basura. Hay gente que se copa y se lleva la basura consigo, pero hay muchísima gente que no. Además, durante el día la playa es tierra de nadie y descontrol. Cuatriciclos de alquiler, caballos de alquiler, motos de agua con el bote inflable atrás... todo, todo repartido en un espacio pequeño de playa y otro pedazo del mar. Literalmente un caballo me cagó adelante mientras estaba tomando sol y su dueño miraba para arriba como esperando que pase alguna vaca volando. Vi motos de agua abrirse paso entre los bañistas a toda velocidad en el agua, igual que los cuatris en la arena. Lo mas gracioso pero a la vez irritante es que hay carteles donde se prohibe la entrada de caballos y cuatriciclos a la playa.

He visto carteles donde se prohibe estacionar en la playa y sus respectivos autos estacionados, donde se prohibe acampar y sus respectivas carpas. En Máncora se ven muchísimos turistas argentinos y no tan turistas.
Dato de color: los argentinos que viven aca (por lo menos la mayoría), no trabaja en relación de dependencia sino por su cuenta. Incontable la cantidad de argentinos vendiendo comida en la playa, el argento se las rebusca, siempre. Desde panes rellenos, sanguches hasta medialunas con dulce de leche o "manjar blanco" como le dicen los peruanos.
El lugar donde nos quedamos lo dirige una argentina, precisamente de Rosario. El lugar se llama Casa Nómade y ella alquila lindos bungalows entre 15 y 20 dólares por noche por persona con desayuno incluído y cocina y heladera a disposición. Es mas o menos lo que sale por la zona algo de estas características. Hay campings y hostels así como tambien resorts y hoteles. Hay diversas actividades para hacer en Máncora: paseo en bote inflable (salen desde la playa), paseos para pasar el día en la ciudad vecina de Punta Sal, los manglares e islas cercanas desde 35 soles, actividades de pesca y snorkel con tortugas desde 40 soles (todos los paseos se adquieren por agencia). Nosotros hicimos el de los manglares primero. Para ser honestos, no lo recomendamos. El paseo es larguísimo (dura 12 horas- D O C E) y realmente no vale la pena. Te llevan a la playa de Punta Sal primero donde te quedás 1 horita. Realmente esta sobrevalorada esa playa. Si bien es amplia y relativamente limpia, no es muy diferente a Máncora, salvo porque casi no tiene olas. Después te llevan a la playa Punta Pico y esto es lo mas bizarro hasta ahora... resulta que la playa lleva ese nombre porque en la orilla del mar hay una piedra con forma de pinchila. WTF?!!! realmente no tiene ni un parecido, pero nunca faltan los turistas infantiles que posan haciendo de cuenta que la roca es su miembro. En la playa hay un puestito donde una señora vende un rico cevichito que te vacuna con 10 soles el miniplato, pero se ve que la señora trabaja duro y todos los turistas paran allí a probar su ceviche asi que merecido lo tiene. Hay un bañito al lado del puestito de la señora que consiste en 4 paredes de bambu, techo de hojas de palmera seca y lo atiende una niña de 4 años. Si, no me equivoque, entras al baño, salis y le pagas a la niña 1 sol por haber entrado al baño.

Lo peor de esta playa, mas allá de todo lo que acabé de nombrar es el olor a animal muerto constante que se acerca del muelle. Después de esa playa te llevan a almorzar a un restaurant bien feo, donde el plato más barato cuesta 30 soles. Obviamente decidimos no comer ahi y nos morfamos unas rapiditas que habíamos llevado porque antes que nada, argentinos! Enfrente a ese restaurant está el puerto del cual sale la embarcación que nos llevaria a las islas. Es una playa de barro llena de basura y mugre que espera cada día que la marea suba para que las embarcaciones puedan subir pasajeros. El paseo por las islas fue lo más "interesante" del tour. Fuimos a la isla del amor, bah, la vimos desde la embarcación. Una isla que dicen que antes de que quede abandonada entraban dos y salian tres. Pasamos después por la isla de los pájaros, donde vimos varias fragatas, pájaros que habitan allí y no pueden tocar la tierra nunca porque sino morirían. También vimos gaviotas y unas palomitas, todo de lejos. Después de 10 minutos de andar en el barquito llegamos al puerto del CAOS en la isla de los cocodrilos.

Este zoo es un criadero hecho por el hombre para preservar la especie. Vimos aproximadamente 250 cocos, de todos los tamaños.

Impresionante. A la vuelta tomamos el barquito nuevamente en el muelle del CAOS donde los capitanes se sacan los ojos para estacionar y subir o bajar a sus pasajeros, no hay control, nadie organiza y los gritos de los capis se mezclan con los de las señoritas que venden agua, repelente, etc. Un verdadero quilombo. Por suerte nos toco ir en un barco que se llama "el modesto" y su capi le hacia honor, asi que muy desafiante se metió entre todos los barcos y nos subio para que no esperemos. El modesto fue lo mejor del paseo. Al salir de la isla de los crocs fuimos a la isla del hueso de ballena, que lamentablemente paso total y completamente desapercibida mientras nos pasaban por al lado dos jet skis con gomón enganchado y gente pasándola muy bien. Mucho para ver no debe haber habido. Después el modesto agarró la unión del río y el mar, las olas movían mucho el barco, las señoras y gritaron y ya. Bajamos en el puerto de barro basura y mugre (no olvidemos el olor) y nos subimos al bondi que después de 2 horas y media - DOS HORAS Y MEDIA- nos devolvió a Máncora. Paseo y día perdido al pedo. Al día siguiente fuimos a nadar con tortugas. El paseo sale 40 soles y dura desde las 9 30 am hasta las 3 pm maso. El puerto de donde sale el barquito que te lleva a las tortus queda en El Ñuro, deformación del léxico para "el nudo", pueblito de pescadores que recibe mucho turismo gracias a la inmensa cantidad de gente que todo los días visita el muelle y nada con las tortugas. La entrada como todo por acá es un caos. Nadie controla nada y es difícil para la gente mantener una fila. Por suerte nuestro guía es un capo y se metió en la fila de prepo, además de tener muy buen sentido del humor y muy buena onda. Una vez adentro del puerto, antes de embarcar te dan una pequeña clase donde una mujer con la voz de Wendy Sulka grita todo lo que necesitás saber acerca de las tortugas y el pueblo. Después de unos 20 minutos de espera, embarcamos , dimos una vueltita por el agua, nos pusimos los chalecos salvavidas (obvio Dinito no, porque el es guardavidas, te pido mil) y nos metimos al agua con las máscaras a esperar a las tortugas- RECOMENDACIÓN llevar máscaras de snorkel o en su defecto alquilar una en el muelle por 5 soles. Una vez en el agua se recomienda no hacer "bulla" (espamento, alboroto, quilombo) para que las tortus no se espanten. Miré a mi alrededor y vi gente muy capaz de hacer eso asi que ya me hice a la idea de que las tortugas se irían por causa de esta gente. El capi del barquito empezó a tirar calamares para que las torugas se acerquen y cuando lo hicieron, me di cuenta que soy una de esas personas que tanto critiqué... pero loco!!! EL TAMAÑO DE ESAS TORTUGAS!!!!!!!!!!!! Siempre que vi tortugas en su habitat fueron mucho más chicas y no se me acercaban, es más, yo debia seguirlas. Estas no, eran de más de un metro de diámetro y sus cabezas eran del tamaño de una pelota de rugby y se venían encima de la gente como si fueramos grandes amigas... nunca se fueron por la bulla. Hubo una enorrrrme que se re copó con Dino y se sacaron varias selfies.


Yo en mi caso las veia pero de lejitos y cuando se acercaban empezaba a patalear como marrano para no tocarlas ni patearlas. Pero aún asi la experiencia es hermosa y el paseo estuvo increíble. Luego te llevan a una playa vecina a descansar un ratito y luego a un restaurant de playa a comer y ahí comimos de verdad...Totalmente recomendado todo el paseo.
Llegamos a Máncora a las 3 y media de la tarde y preparamos todo para partir hacia Zorritos, que comentaré en un post aparte.
Por razones laborales, tuvimos que volver a Máncora después de Zorritos y desde alli tomar el bus a nuestro próximo destino: Cuenca, Ecuador. Y en el bus me voy a detener. CUIDADO con lo que compran para viajar. Nosotros tuvimos una experiencia horrible con el bus. Compramos el pasaje en una de las agencias que está en el malecón que lleva el nombre de "CIFA" pero revende para todas las empresas que te llevan dentro de Perú y hacia Ecuador. Con esta empresa también habíamos comprado el paseo de las tortugas, asi que más que felices compramos el ticket a Cuenca. Viajamos por la empresa Azuay. Debíamos salir 11 y media de la noche y el bus llegó a las 12 y media. Nos habian mostrado una foto del bus donde tenía dos pisos, el asiento era ancho y se reclinaba 140 grados pero al subir vimos que NADA de esto era asi. El bus era chiquito, los asientos ídem y como el espacio para poner el equipaje de mano tenía una entrada muy pequeña, las mochilas no entraban y tuvimos que viajar las 8 -O C H O- horas con la mochila entre las piernas, dejándo nada de lugar para estirarlas. Todo esto entre otras cosas hizo que no podamos descansar y que lleguemos peor de lo que salimos. La frutilla del postre? Nos vacunaron con USD 22 cada pasaje (el viaje en realidad sale USD 15). Si van a viajar hacia Ecuador desde Máncora... CUIDADO la empresa que contratan. Pregunten de antemano y si es AZUAY, no la contraten, busquen CIFA u OLTURSA o SIMERIA.
En resumen, Máncora da para quedarse una semanita.
Pros: Buenas olas, lindas playas, ALTOS atardeceres, variedad gastronómica, precios accesibles.
Contras: mucho ruido en el centro, caos en el tránsito, nada de respeto por la naturaleza en las playas.
Próximo destino... Zorritos, Perú.
Hasta la vista!!
Aqui algunas fotos:

Dinito surfando altas

Atardecer en degradé.

Dúo viajero en Punta Sal
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