Atacames/Quito: la odisea

Cómo llegar a Colombia desde la costa de Ecuador. Lo que hay que saber para poder moverse y qué opciones hay.

La idea es clara: desde Mompiche a Colombia directo: IMPOSIBLE. Fuimos tan ilusos de pensar que desde Atacames o Esmeralda, ambas ciudades importantes del Ecuador, podría salir un bus a Colombia. No sólo NO sale directo, sino que no sale para nada. Para llegar a Colombia desde el norte de Ecuador hay 2 opciones. Alerta spoiler: AMBAS SON DE TERROR. La opción número 1 es que desde Esmeralda o Atacames vayas hasta Ibarra en un bus de la empresa Aerotaxi que cuesta USD 12 y sale dos veces al día: a las 10 am y 10 pm. Ahi se acabaron las opciones para llegar a Ibarra. Una vez en Ibarra, hay que tomar otro bus hasta Tulcán, ciudad fronteriza. No sé los precios pero sé que son unas 6 horas aprox. Ese bus te deja en la terminal de Tulcán y desde ahí te tomás un taxi hasta la frontera. Una vez cocinada la salida de Ecuador y la entrada a Colombia, hay que tomar un taxi a la terminal de Ipiales (primera ciudad de Colombia) y de ahí tomar un bus a Cali o Bogotá o donde quieras ir. En total y con mucha suerte podes demorar unas 28 horas en llegar a Cali y gastar unos 60 dólares por persona en total. La opción número 2 es tomar un bus a Quitos desde Esmeralda por USD 12 y 7 hs de viaje y de ahí otro bus directo a Cali por USD 60 y 20 hs aprox. Sencillo? Ni en pedo. Nosotros fuimos por la opción número 2. Salimos de Mompiche en el bus que va directo a Esmeralda y 3 horas y USD 3.75 después llegabamos al terminal de Esmeralda. Fue ahi cuando nos dimos cuenta que pensar que podria llegar a haber un bus directo a Colombia era una utopía. Tomamos un taxi al hotel que habíamos reservado que resulto estar en Tonsupa, unos kms al norte de Atacames, o sea que hubiese sido mejor tomar en Mompiche el bus que iba a Atacames y no a Esmeraldas. El taxi nos sacudio con USD 10 y fue el unico lugar en TODO Ecuador en el que encontramos un tarifario a disposición del pasajero. Después de andar como 40 minutos llegamos al hotel de noche y con muchísimo hambre y a los alrededores del hotel no habia nada (N A D A).

Este es el panorama en la playa de Tonsupa. Después del terremoto que azotó la costa de Ecuador en 2016, muchas construcciones en este barrio quedaron en ruinas y la gente del lugar, después de muchas réplicas del terremoto (hasta el dia de hoy las tienen) decidieron no reconstruir sus casas.

El dia siguiente no fue más que estrés entre llamadas telefónicas a las empresas de transporte y terminales para decidir cuál era la mejor opcion para salir del pais. En internet la información esta muy errada o no está, asi que fui un manojo de nervios y puse a prueba mis organization skills una vez más. Fue ahi cuando decidimos ir por la opción número 2. A la tarde nos acercamos a Atacames en mototaxi por USD 2 a sacar los pasajes a Quito para el día siguiente. Cabe aclarar que en Atacames no hay terminal, solo un pequeño terminal de la empresa Trans Esmeraldas. Los buses a Quito salen varias veces al dia, cuestan USD 12 y demora 7 horas en llegar, pero es comodísimo.

Eso si, es re lechero. Durante el dia siguiente antes de salir volví a sentir los nervios de no saber si una vez llegados a Quito ibamos a conseguir pasajes a Colombia, ya que no se pueden comprar por internet y hacerlo por transferencia bancaria requeria ir hasta Atacames nuevamente. Todo estaba muy difícil y parecía imposible. El bus desde Quito a Cali sale pocos días a la semana, entre ellos martes y jueves (no miércoles como nosotros planeabamos). La empresa que los vende se llama Ormeño y su boletería no se encuentra en ninguna de las dos terminales de Quito (Quitumbe-sur o Carcelén-norte). Se encuentran en Av. Los Shyris y Portugal, en un pequeño edificio de color amarillo al lado de un restaurante de comida hindú. Ahí se compran los pasajes y pasa el bus para partir. La mejor forma de comunicarse con ellos es por teléfono, son muy atentos y están dispuestos a informar y ayudar. En internet hay datos realmente confusos pero este es el teléfono posta: +59322456632. Una vez en Quito nos quedamos a dormir en Papuchos Guest House, lejos el mejor hostal en el que ya estuvimos. Juan Carlos, el dueño, es un chico muy amable que heredó la casa de sus abuelos (a los que llamaba de "papuchos") y lo convirtió en un hostal de lo más acogedor. El ambiente es excelente, siempre huele bien y todo es muy funcional. Está todo siempre limpísimo y la casa, enorme, conserva muchísimos detalles de la época de sus abuelos como lamparas, espejos y otros muebles. En ese momento nos arrepentimos de haber ido a perder tiempo a Atacames. Quito es interesante y vale la pena quedarse unos días. Sin duda volveremos. Volviendo a nuestra misión, después de una noche de descanso reparador, nos levantamos 5 30 am porque en el Ormeño nos informaron que el bus iba a salir entre las 2 y las 4 pm, así que adelantamos el trabajo una hora para poder salir a con tiempo. Pasaron las horas y desde el Ormeño nos informaron que el bus iría a salir a las 5 pm porque viene desde Lima, Perú y "se demoró en la frontera". Aprovechamos la horita que nos quedaba y nos fuimos a dar una vueltita (en subida) al parque nacional Metropolitano.

Cuidado con el frío! En Quito esta fresco todo el año.

Dato de color violeta: en Quito funciona Uber y es muchísimo más barato que el taxi que te cobra LO QUE QUIERE. Pedimos un Uber y en 3 minutos estaba esperando en la puerta y muy amablemente nos ayudó a llegar. Dato de color rojo: en Quito las alturas de las calles no cuentan, porque no hay lógica y correlatividad. Ni los gps encuentran las alturas. Se manejan por intersecciones. Esto lo aprendimos tratando de encontrar la dirección del Ormeño. Por suerte el chofer nos prestó su teléfono para pedir instrucciones a la empresa y llegamos. Por fin llegamos y compramos los pasajes y hasta elegimos asientos. Generalmente van vacíos o con muy poca gente. Ahí mismo nos informaron que el bus llegaría a las 6 o 6:30 pm. Más espera? Pfff esto no es nada. El bus finalmente llegó a las 6:30 pm pero por alguna razón misteriosa no salió hasta las 7:30 pm. Subimos al bus del Ormeño y había poca gente que venía desde Lima, Perú viajando por segundo dia consecutivo. El estado del bus era deplorable. Los asientos todos rotos, el baño imposible, basura y mugre por todos lados (y el olor). El chofer no pasó de los 60 km por hora durante todo el trayecto a la frontera porque el ómnibus se caía a pedazos. Un rato más tarde nos enteramos que ya se había roto un par de veces desde Lima hasta Quito. Con ese panorama encaramos 7 horas hasta Tulcán, frontera con Colombia. Cuando llegamos, tipo 1:30 am, bajamos del bus para hacer la salida de Ecuador. La fila era de aproximadamente 400 personas a la intemperie de la noche fronteriza con 2 o 3 grados de temperatura. Adentro, había solo 2 mostradores habilitados y tanto quien entraba y quien salía del Ecuador hacía esa misma fila. En esta espera pasamos minutos y horas, 4 horas para ser más precisa hasta que nos tocó. A la intemperie. A la madrugada. Con el más crudo frío. Las horas pasaron entre charlas con los otros infelices estafados por el Ormeño y algún que otro café. El trámite demoró 2 minutos o menos. Por qué demoramos tanto entonces? Porque como en todo Ecuador, los empleados hacen LO QUE QUIEREN porque simplemente pueden, son básicamente impunes. La rabia era generalizada en la fila y los empleados de la aduana se rieron varias veces en la cara de toda esa gente que hizo la fila con niños, valijas y ancianos. Una falta de respeto inmensa y con una impunidad asquerosa. Dato importantísimo: a la sala donde hacen los trámites no se puede ingresar con valijas, por lo que te las hacen dejar afuera. Además, a medida que va avanzando la fila hay que avanzar junto con el equipaje. Con esto voy a que la opción de cruzar en bus es la mas cómoda. Nosotros dejamos las valijas en la bodega del ómnibus y bajamos con nada pero vimos mucha gente pasando mal arrastrando mochilas y valijas en la fila. Terminamos el trámite de salida de Ecuador, cruzamos un puente y ya estabamos en Colombia. El tramite de aduana en Colombia fue rapidísimo. Sin filas, sin demoras, sellito y al bus. Por suerte nos cambiaron de omnibus. Dedujimos que el que nos trajo a la frontera no estaría autorizado a cruzar la frontera debido a las condiciones paupérrimas en las que se encontraba. Partimos a Cali, por fin. Nos esperaban 12 horas de viaje en un bus mas comodo por un camino de montaña muy sinuoso por lo que el bus necesitó ir despacio. Paramos a almorzar a las 12 únicamente y de ahi, observando el hermoso paisaje montañoso, no paramos hasta Cali.